De ahí que su primer valor de la marca fuera inequívocamente su alma de diseño. Porque, devotos del mosaico de vidrio, el diseño les inspira y guía en fondo y forma, siendo siempre minuciosamente exhaustivos en cada detalle y proyectando una nueva sinceridad y respeto por lo que hacen, por lo humano y lo técnico, por esa mezcla de cualidades que reflejan intrínsecamente la calidad en procesos y productos.
Un valor que tradujimos en una imagen mucho más clara, en una estética mucho más sencilla y limpia que demostrara con hechos esa calidad, más humana, inteligente, transparente, respetuosa… Un logotipo construido desde la limpieza, la discreción y la elegancia que responde y está a la altura tanto de entornos de diseño como de entornos industriales sin perder nunca su legibilidad ni personalidad.